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El paradigma conductista - Explicación conceptual

 

EL PARADIGMA CONDUCTISTA

Hernández (1998) comprende como paradigma conductista el esquema formal de organización que plantea cómo la conducta de un organismo puede ser explicada mediante diversas causalidades ambientales, sin tener para ello en cuenta los procesos mentales internos. Siendo una de las principales corrientes teóricas de la psicología, nació en un momento de la historia en el que predominaba la psicodinámica, oponiéndose a ella. Ofrece una explicación científica y objetiva de los fenómenos psíquicos y el comportamiento humano, rechazando cualquier estímulo no observable de manera directa. Propone además que el único aspecto claramente observable de la psique es la conducta, al ser el único elemento con el que es posible trabajar científicamente.

No niega fundamentos como los procesos mentales, pero los considera secundarios, imposibles de estudiar. Es por ello que se coloca como un enfoque de orientación ambientalista, al estar la conducta determinada por fenómenos ambientales, concretamente, por la asociación de estímulos que provocan una respuesta. Más específicamente, dichas respuestas se condicionan, siendo este el aspecto fundamental del paradigma conductista.

Destaca en la actualidad de la disciplina la vigencia del conductismo de Skinner, también denominado conductismo operante. Dicho paradigma conductista surgió en la década de 1930, tras un sinfín de investigaciones básicas llevadas a cabo en el laboratorio. Las dos décadas siguientes albergaron el desarrollo de los escenarios de aplicación, destacando el inicio sistemático de la huida del laboratorio a partir de los años 60.

No obstante, la cuna del conductismo se instauró en las primeras décadas del siglo XX con J.B. Watson, quien expuso su programa seminal de 1913 denominado <<La Psicología desde el punto de vista de un conductista>>. Watson obtuvo una formación funcionalista en la Escuela de Chicago, donde aprendió a interpretar las teorías de la época y a plantear un nuevo marco teórico-metodológico ecléctico que incluía:

-          Una concepción fijista del darwinismo.

-          El empirismo inglés.

-          La filosofía pragmatista.

-          La concepción positivista de la ciencia.

La conceptualización de Watson abordaba la psicología como una disciplina científica, debiendo para ello rechazar el estudio de la conciencia y los procesos mentales, es decir, debía alejarse de los procesos inobservables o inconscientes y métodos subjetivos como la introspección. De manera alternativa, propuso el estudio de los procesos observables, es decir, de la conducta mediante el uso de las ciencias naturales.

Desde sus inicios, el conductismo pareció romper radicalmente con pilares fundamentales de la psicología, aunque cierto es que existían importantes antecedentes que lo relacionaban con las obras de autores como Pavlov y Thorndike.

El planteamiento de Watson logró éxito inmediato en los años veinte. No obstante, fruto del éxito, surgieron una variedad de corrientes conductistas, diversificándose en distintas escuelas.

Años más tarde surgiría el movimiento neoconductista con planteamientos como:

1.      El conductismo asociacionista de Guthrie.

2.      El conductismo metodológico de Hull.

3.      El conductismo intencional de Tolman.

4.      El conductismo operante de Skinner.

Entre las décadas de 1940 y 1960, el conductismo operante se constituyó como la corriente hegemónica del conductismo, ocupando un lugar importante en la psicología en general y en el ámbito educativo en particular.

Skinner planteó así el análisis experimental de la conducta, defendiendo los aspectos más radicales de la corriente conductista: el antimentalismo y ambientalismo extremo. La conducta podía ser explicada a partir de las contingencias ambientales, mientras que los procesos internos de naturaleza mental no se sustentaban en el planteamiento causal-explicativo.

A partir de los años sesenta, el paradigma conductista comenzó a presentar anomalías difícilmente explicables desde una perspectiva ortodoxa, comenzando a perder en la investigación, el estatus que ostentaba. No obstante, la disciplina ha sabido adaptarse y actualizarse a los nuevos tiempos, aunándose a los principios de la revolución cognitiva.

Como ejemplo podemos destacar las terapias conductuales agrupadas bajo el término <<neoconductismo mediacional>>, impulsadas por Wolpe y desarrolladas por Rachman y Lazarus, dando lugar al marco interpretativo de la neurosis experimental y las fobias con técnicas como la inhibición recíproca o la desensibilización sistemática.

Por su parte, destacan en la escuela inglesa las aportaciones de Eysenck, pionero en conceptualizar el término <<terapia conductual>>. Intentó analizar las dimensiones de la personalidad correlacionándolas con aspectos fisiológicos, dando por sentado una descripción empírica de carácter conductual.

Otra variante conductista más próxima al cognitivismo es el enfoque de Bandura con sus escritos sobre el aprendizaje social.

De esta manera, con el desarrollo, diversificaciones y ampliaciones del conductismo con otros paradigmas, sus límites definitorios y características básicas del conductismo resultan en la actualidad poco diáfanos, sin olvidarnos de la gran aportación de Skinner a las bases que sustentan esta disciplina (pp.79-82).

 

CONDICIONAMIENTO CLÁSICO Y CONDICIONAMIENTO OPERANTE: AUTORES

  1. Ivan Pavlov (1849-1936)

Pavlov fue conocido por formular la ley del reflejo condicional desarrollada a partir de 1901. Durante la misma época Edwin Twitmyer realizó observaciones similares en Estados Unidos.

Observó que la salivación de los perros que utilizaban en sus experimentos se producía ante la presencia de comida o de los propios experimentadores, determinando que podía ser resultado de una actividad psicológica, a la que denominó «reflejo condicional».

La diferencia entre «condicionado» y «condicional» es relevante, ya que el término «condicionado» se refiere a un estado, mientras que el término «condicional» se refiere a una relación, que es precisamente el objeto de su investigación.

En su experimento, hacía sonar un metrónomo (a 100 golpes por minuto, aunque popularmente se cree que empleó una campana) justo antes de dar alimento en polvo a un perro, concluyendo que, cuando el perro tenía hambre, comenzaba a salivar nada más al oír el sonido del metrónomo. En 1903 realizó una exposición detallada de los resultados en el 14.º Congreso Médico Internacional en Madrid, donde leyó su trabajo bajo el título The Experimental Psychology and Psychopathology of Animals.

La Guerra civil rusa, con la llegada de los bolcheviques, no influyó en sus investigaciones. Así, en la década de 1930, manifestó que la función del lenguaje humano es resultado de una cadena de reflejos condicionados que contienen palabras (Gutiérrez, 1999).

Las observaciones originales de Pávlov eran claras. Si se ponen alimentos o ácidos diluidos en el hocico de un perro hambriento, empieza a segregar saliva, denominado reflejo de salivación. Pávlov observó también que el animal salivaba cuando simplemente veía u olía la comida, provocando una respuesta semejante. Además, el perro salivaba ante la mera presencia de la persona que por lo general le acercaba la comida o cualquier otro estímulo que sistemáticamente la anunciara. Esto llevó a Pávlov a desarrollar un método experimental para estudiar la adquisición de nuevas conexiones de estímulo-respuesta.

Indudablemente, las observadas en sus perros no podían ser innatas o connaturales, concluyendo que debían ser aprendidas.

Antes de comenzar los experimentos, Pávlov midió las reacciones de salivación a la comida en el hocico, que fue considerable, mientras que salivó muy poco sometido al estímulo del sonido. A continuación, inició las pruebas de condicionamiento. Hizo sonar el metrónomo (estímulo neutro), e inmediatamente después presentó comida al animal (estímulo incondicionado), en un intervalo muy breve. Replicó la relación entre este par de estímulos muchas veces durante varias semanas, siempre cuando el perro estaba hambriento. Después de varios días, hizo sonar solamente el metrónomo y la respuesta salival ocurrió con el sonido, a pesar de no presentarse la comida.

Se había establecido una relación condicional entre la respuesta salivar y el sonido que originalmente no provocaba la salivación. Se dice entonces que la salivación del perro ante la comida es una respuesta incondicionada; la salivación tras oír la campana es una respuesta condicional que depende de la relación entre el sonido y la comida. El estímulo del sonido del metrónomo que originalmente era neutro funciona ahora como un estímulo condicional. Este estímulo condicionado (sonido), funciona como una señal que avisa que el estímulo incondicionado (comida), está a punto de aparecer.

Llamó refuerzo al fortalecimiento de la asociación entre estímulo incondicional y condicional, que incrementa la probabilidad de que ocurra una determinada respuesta ante ciertos estímulos.

Así, la definición de condicionamiento clásico o respondiente es la formación (o reforzamiento) de una asociación entre un estímulo originalmente neutro y una respuesta (Pérez y Cruz, 2003).

  1. Edward Lee Thorndike (1874-1949).

Thorndike (1927) fue un psicólogo y pedagogo considerado antecesor de la psicología conductista estadounidense. Sus principales aportaciones fueron el aprendizaje por ensayo/error y la ley del efecto, además de sus estudios sobre la conducta animal que le permitieron desarrollar la teoría del conexionismo.

Desarrolló la ley del efecto a partir de estudios que incluían gatos que debían escapar de las cajas-problema. Explicará la teoría de Skinner del condicionamiento operante.

Su interés se focalizó en la teoría del aprendizaje, siendo uno de los importantes precursores del conductismo. Los primeros experimentos de Thorndike sobre el aprendizaje, en que los sujetos experimentales eran pollitos, fueron realizados en el sótano de la casa de su profesor William James.

Para Thorndike los relatos tradicionales sobre la inteligencia de los animales no resultaban impresionantes. Por el contrario, sostenía que nadie se había ocupado de describir la estupidez animal, explicando que <<Por cada perro que encuentra el camino de regreso al hogar, hay quizás un centenar que se pierden.>> Sostuvo así que los animales no razonan en la solución de problemas, sino que aprenden de una manera más o menos mecánica, partiendo de un método de ensayo y error. De esta manera, las conductas que les resultan fructíferas y gratificantes se "imprimen" en el sistema nervioso.

Según Thorndike, el aprendizaje se compone de una serie de conexiones entre un estímulo y una respuesta, que se fortalecen cada vez que generan un estado de satisfacción para el organismo, convirtiéndose en la base del condicionamiento operante de Skinner.

Más adelante, Thorndike aplicó sus métodos a niños y jóvenes, con éxito considerable, llegando a obtener considerables predicamentos dentro del campo de la psicología educativa.

Así, los experimentos de Thorndike muestran dos factores importantes del condicionamiento operante. El primero es la respuesta operante, que se realiza cuando se escoge una respuesta en particular (respuesta operante) entre varias conductas, enfocándonos en observarla y modificarla.

El segundo elemento es la consecuencia que acompaña a la conducta, es decir, lo que se conoce como reforzamiento. Un reforzamiento es una acción (consecuencia) que tiene como objetivo aumentar la probabilidad de que una conducta se repita.

Para Thorndike el uso del reforzamiento es de suma importancia, quedando esto reflejado en su ley del efecto que dice: <<En igualdad de circunstancias, las respuestas que se acompañan o son seguidas inmediatamente por satisfacción tenderán más a repetirse; las que se acompañan o que son seguidas inmediatamente por malestar tendrán menos probabilidad de ocurrir>> (Woodworth y Thorndike, 1901).

  1. John B. Watson (1878-1958).

Watson, psicólogo estadounidense, a quien se le atribuye la fundación de la escuela psicológica del conductismo a través de su disertación en la Universidad de Columbia titulada Psychology as "The Behaviorist Views It" trabajó su enfoque conductista realizando investigaciones sobre el comportamiento animal, de las que concluye que, tomando una docena de niños cualquiera, y aplicando técnicas de modificación de conducta, podría conseguir  moldear sus personalidades como deseara.

No obstante, la psicología conductista como corriente psicológica, no hubiera sido posible sin los trabajos de autores como el fisiólogo ruso Iván Pávlov (padre del condicionamiento clásico o respondiente, que estableció el esquema estímulo-respuesta) y el americano Edward Thorndike (padre del condicionamiento operante, quien formulara la ley del efecto y la ley de repetición y cuya influencia sobre Skinner será decisiva).

El conductismo pone el énfasis sobre la conducta observable (tanto humana como animal), que considera que ha de ser objeto de estudio de la Psicología, y las relaciones entre estímulo y respuesta, más que en el estado mental interno. Watson nunca negó su existencia, pero el análisis de la conducta y las relaciones era el único método objetivo para conseguir la inserción en las acciones humanas y extrapolar el método propio de las Ciencias Naturales (método científico) a la Psicología.

Son conocidos los experimentos realizados junto a Rosalie Rayner para demostrar sus teorías acerca del condicionamiento de la reacción de miedo en un niño de nueve meses, con la denominación de El experimento del Pequeño Albert. Pretendía demostrar cómo los principios del condicionamiento clásico podían aplicarse en la reacción de miedo de un niño en compañía de una rata blanca.

El pequeño Albert fue escogido como sujeto de experimentación por la gran estabilidad emocional que mostraba. Inicialmente, la rata no provocaba en el niño ninguna reacción aversiva. Quiso demostrar así, cómo, mediante el condicionamiento, podía generalizar la conducta de miedo a estímulos similares y, cómo eliminar esta conducta (Robayo, 2008).

Como objetivos, pretendía dar respuesta a las siguientes preguntas:

  • ¿Puede condicionarse a un niño para que tema a un animal que aparece simultáneamente con un ruido fuerte?
  • ¿Se transferirá tal miedo a otros animales u objetos inanimados?
  • ¿Cuánto persistirá tal miedo?

Así, el experimento dio comienzo cuando Albert tenía 11 meses y tres días. Se presentaba al niño una rata blanca al tiempo que un ruido fuerte sonaba a sus espaldas ( se lograba golpeando una barra metálica). Al principio, el pequeño Albert no mostraba una respuesta de miedo hacia la rata, pero sí hacia el sonido. Tras simultáneas exposiciones de ambos estímulos y después de varios ensayos, el niño comenzó a sollozar ante la presencia de la rata, generalizando posteriormente su respuesta a otros estímulos como un perro, lana o un abrigo de piel.

El experimento no pudo llegar a término, por lo que no se produjo la fase de descondicionamiento. El pequeño Albert fue sacado de la unidad hospitalaria en que se encontraba antes de su conclusión.

El experimento abrió un debate sobre la ética a la hora de experimentar con seres humanos, contribuyendo al establecimiento de límites aceptables en la comunidad científica (Pellón, 2013).

  1. Burrhus Frederic Skinner (1904-1990).

Skinner, psicólogo, filósofo social, inventor y autor estadounidense, condujo un trabajo pionero en psicología experimental. Defendió el conductismo, que considera el comportamiento como una función de las historias ambientales de refuerzo. Publicó trabajos controvertidos en los que proponía el uso extendido de técnicas psicológicas de modificación de conducta, principalmente el condicionamiento operante, para mejorar la sociedad e incrementar la felicidad humana, como una forma de ingeniería social. Un estudio de la American Psychological Association (APA), publicado en 2002, lo situó como el psicólogo de mayor relevancia del siglo XX.

La superstición de la paloma es un experimento ya clásico de 1948. Participaron ocho palomas hambrientas, que fueron introducidas en la llamada caja de Skinner. En la caja, las palomas disponían de comida durante intervalos regulares, con independencia de la respuesta que emitieran. No obstante, en este experimento se observó que todas las palomas adoptaron un condicionamiento evidente, aspecto importante de este experimento. Como ejemplo, una de las palomas aprendió a dar vueltas en sentido contrario a las agujas del reloj, otra pegaba su cabeza a una de las esquinas superiores de un modo muy característico y una tercera desarrolló la respuesta de sacudir la cabeza.

Cada paloma desarrolló por ende una respuesta propia, idiosincrática. Tanto fue así que daba la impresión de que las palomas se comportaban de ese modo tan particular porque sabían que su conducta provocaría la aparición de la comida. Nada más lejos de la realidad. Por este motivo, se denominó a esta conducta, conducta supersticiosa.

La explicación que ofreció Skinner fue la siguiente: cualquiera que fuese la respuesta que el sujeto acababa de realizar justo antes de la administración de la comida (la recompensa) resultaría reforzada al recibir la recompensa. Así, de las múltiples respuestas que las palomas emitieran antes de la presentación de la comida, la que resultase, casualmente, contigua a la recompensa, sería reforzada. Este procedimiento no es, en rigor, un procedimiento de condicionamiento operante, sino de condicionamiento clásico (Tubio, 1991).

Skinner llamaba a su clase de conductismo, “radical”. El conductismo radical es la filosofía de la ciencia del comportamiento. Busca entender el comportamiento como una función del medio ambiente del pasado. Un análisis funcional del comportamiento hace posible producir comportamientos. A diferencia de otras formas de conductismo menos austeras, no acepta eventos privados como el pensamiento, la percepción, o emociones no observables en encuentros casuales del comportamiento de un organismo, creyendo que el comportamiento es mantenido de una condición a otra a través de consecuencias similares o idénticas. Resumiendo, los comportamientos son factores casuales influenciados por consecuencias.

El refuerzo es un concepto central en el conductismo, y fue visto como un mecanismo central en el moldeamiento y control del comportamiento. Una idea equivocada es que el refuerzo negativo es sinónimo de castigo. No obstante, mientras que refuerzo positivo es el fortalecimiento del comportamiento por medio de la aplicación de algún evento, el refuerzo negativo es el fortalecimiento de comportamiento por medio de la eliminación o evasión de algún evento aversivo.

De esta manera, ambas formas de reforzamiento fortalecen el comportamiento, o incrementan la posibilidad de que un comportamiento vuelva a ocurrir. La diferencia radica en si el evento consiste en añadir un estímulo (reforzamiento positivo) o eliminarlo (reforzamiento negativo).

Por su parte, el castigo y la extinción debilitan el comportamiento, o reducen la futura probabilidad de que un comportamiento ocurra gracias a la aplicación de un estímulo/evento adverso (castigo positivo o castigo por medio de estímulo contingente), el retiro de un estímulo deseado (castigo negativo o castigo por medio de retiro contingente), o la falta de estímulo de recompensa, causante de que el comportamiento cese (extinción).

Así, el conductismo radical de Skinner parte del análisis de conducta, involucrando no solo el poder de una mera ocurrencia de reforzamiento, sino los efectos de programas particulares de reforzamiento a través del tiempo.

Los programas de reforzamiento continuo tienen la función de lograr la adquisición de una conducta operante, mientras que los de reforzamiento intermitente permiten que se mantenga en el tiempo. Los programas más notorios de reforzamiento presentados por Skinner eran los intermitentes simples, es decir, de intervalo (fijo o variable), de razón (fija o variable) y de tasa (fijo o variable). Sin embargo, también existen los compuestos: alternantes, secuenciales y concurrentes (Plazas, 2006).

Con todo ello, como diferencia principal entre los autores conductistas que apoyaban el condicionamiento clásico y aquellos que apoyaban el condicionamiento operante, se encuentra la voluntariedad del estímulo. Mientras que, en el condicionamiento clásico, la conducta es desencadenada por un estímulo y es involuntaria, en el operante, el organismo es quien emite la conducta en el ambiente, por lo que es voluntaria.

Además, el condicionamiento clásico se basa en el aprendizaje asociativo de dos acontecimientos, mientras que el operante se basa en el aprendizaje asociativo entre una respuesta y sus consecuencias.

                                        Imagen 1. La labor del psicólogo.

Fuente: Pixabay.com




REFERENCIAS

Hernández, G. (1998). Paradigmas en psicología de la educación. Paidós.

Gutiérrez, G. (1999). Ivan Petrovich Pavlov (1849-1936). Revista Latinoamericana de Psicología, 31(3), 557-560.

Pellón, R. (2013). Watson, Skinner y Algunas Disputas dentro del Conductismo. Revista colombiana de psicología, 22(2), 389-399.

Pérez, A., y Cruz, J. (2003). Conceptos de condicionamiento clásico en los campos básicos y aplicados. Interdisciplinaria, 20(2), 205-227.

Pixabay. (2024). Banco libre de imágenes. https://pixabay.com/es/

Plazas, E. (2006). BF Skinner: la búsqueda de orden en la conducta voluntaria. Universitas Psychologica, 5(2), 371-384.

Robayo, B. (2008). John Brodaus Watson (1878–1958): la psicología experiental al servicio de la humanidad. Laberinto, 8(1), 2-4.

Thorndike, E. (1927). The law of effect. The American journal of psychology, 39(1/4), 212-222.

Tubio, J. C. (1991). Skinner y la educación: un análisis conductual del proceso de enseñanza/aprendizaje. Apuntes de Psicología, 111-112.

Woodworth, R., y Thorndike, E. (1901). The influence of improvement in one mental function upon the efficiency of other functions.(I). Psychological review, 8(3), 247.


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